El hígado es un órgano involucrado en todos los procesos vitales. Ayuda a limpiar la sangre, eliminar sustancias nocivas del cuerpo y participa en la digestión. Debido a su participación en diversas funciones del cuerpo, este órgano es capaz de sufrir una variedad de enfermedades. Los estudios muestran que aproximadamente el 3% de las enfermedades en perros están asociadas con la función hepática.
Enfermedad hepática en perros: causas
El hígado tiene muchas funciones e interactúa con varios procesos en el cuerpo del perro. Por tanto, este órgano es susceptible a los efectos negativos de diversos factores, entre los que cabe destacar los siguientes:
- infección bacteriana;
- nutrición inadecuada;
- medicamentos;
- trauma;
- abuso de vacunas;
- Sustancias nocivas para la salud.
Síntomas de enfermedad hepática en perros:
- pérdida de apetito y vómitos ocasionales, diarrea o estreñimiento;
- micción frecuente y sed excesiva;
- pérdida de peso crónica;
- letargo y disminución de la actividad;
- vientre hinchado debido a la acumulación de líquido;
- color amarillo de los globos oculares y las encías;
- dolor en el abdomen;
- cambios de comportamiento, como caminar sin rumbo fijo y dar vueltas;
- orina de color naranja debido a niveles elevados de bilirrubina, ya que la bilis no se procesa correctamente;
- las heces son de color gris pálido.
Enfermedad hepática en perros: tratamiento
Aunque los síntomas de la enfermedad hepática son leves, el tratamiento temprano puede salvar la vida de un perro, ya que el hígado es el único órgano capaz de regenerarse por completo. Ante la primera sospecha de problemas de salud animal, debe buscar ayuda calificada de un veterinario.
El cambio de dieta debe asegurar la producción de energía y nutrientes necesarios para mejorar la regeneración de las células hepáticas. La comida dietética incluye carbohidratos de fácil digestión, por ejemplo, arroz. Además, se necesitan huevos. Para los perros que comen comida seca, lo mejor es darles una comida dietética especial. La dieta diaria debe dividirse en 4-6 porciones pequeñas.
Dado que el hígado funciona para descomponer las sustancias químicas complejas, reducir la carga sobre el hígado ayudará a reducir el consumo de conservantes químicos y aditivos artificiales. El azúcar, el chocolate, los huesos y los tomates deben excluirse de la dieta de un perro que padece una enfermedad hepática. La ingesta diaria de suplementos minerales y vitaminas puede resultar muy beneficiosa. Sin embargo, vale la pena recordar que los cambios en la dieta deben basarse en el diagnóstico y es mejor discutirlos con su veterinario.
Si la enfermedad del hígado fue causada por una infección bacteriana, su médico le recetará antibióticos. Si tiene problemas más graves, como anemia o cáncer, se necesita atención médica adicional.
A veces, el tratamiento homeopático, así como el tratamiento a base de hierbas, también se pueden usar para tratar la enfermedad hepática en perros. Algunos de los remedios naturales son capaces de reparar las células hepáticas dañadas y ayudar a desintoxicar la sangre. Con la hepatitis A, es útil agregar varias infusiones y decocciones de hierbas al agua del perro: hilo, hojas de salvia, orégano, manzanilla, regaliz, arándanos.
Un perro que padece una enfermedad hepática debe llevar un estilo de vida tranquilo y mesurado, sin exceso de trabajo ni nerviosismo.
Para prevenir la enfermedad hepática en los perros, debe controlar la calidad del alimento. La alimentación del animal debe ser equilibrada.
